La frase «love brand» nació hace casi 15 años, pero en los últimos años, este concepto está en auge. Ser una «love brand» significa ganarse el corazón del consumidor y construir una relación sólida e incluso íntima con los clientes. Actualmente, muchas marcas están transformando sus relaciones con los clientes y volviendo a adaptar su estrategia de marketing para alcanzar este estatus. ¿Por qué hay que convertirse en una love brand? Nos enfocamos en este concepto que tanto amor genera.
Conviértete en una love brand para conquistar el corazón del consumidor.
En un momento en el que la dimensión emocional juega un papel cada vez más importante en la mecánica del consumo, convertirse en una love brand es un objetivo para muchas marcas. De hecho, hace unos años nos comprábamos un producto porque era útil, ayer porque era el mejor y hoy porque nos ofrece una experiencia. Más que simplemente comercializar su producto o servicio, las marcas intentan contar su historia, la famosa “storytelling”, como Michel et Augustin, que cruzaron el Atlántico para estrechar la mano del presidente de Starbucks y venderle sus galletas. Miles de seguidores han seguido su historia con pasión, como si fuera la suya. La joven marca francesa ha logrado movilizar a toda una comunidad a su alrededor y llegar a los corazones de los consumidores gracias a su aventura. Al posicionarse como love brand, una marca genera el compromiso del consumidor potencial provocándole emociones.
Sin embargo, hay que hacer considerables esfuerzos antes de convertirse en una love brand. Las marcas que deciden aspirar a este estatus deben responder en profundidad y de manera muy específica a las necesidades de los consumidores. Ser una love brand también implica intentar ser irresistible: comprender la aspereza emocional del público para que no se pueda considerar ninguna otra alternativa
Conviértase en una love brand, para añadir un poco más de alma a su marca.
Convertirse en una love brand implica construir la identidad de su marca. Esto permite, ante todo, distinguirse de los competidores y ser más visible en su sector. Pero más allá de esta necesidad de diferenciarse, en una sociedad donde el consumidor necesita destacar, identificarse con unos valores, es importante darle un poco más de alma a su identidad.
Red Bull, por ejemplo, es una de esas marcas que promueven la superación personal. Los consumidores que se identifican con estos comportamientos se acercarán de forma natural a esta marca. En este juego de seducción entre la marca y el consumidor, no es solo el producto lo que cuenta: sabiduría, humor, personalidad, extravagancia o moderación, cada una de sus características le otorgan a una marca todo su encanto. Michel et Augustin, Sodebo, Oasis, Monoprix o Innocent han seducido al público con su humor y su dulce locura, en cambio Apple ha conquistado los corazones de los consumidores gracias a la apariencia elegante de su marca.
Tener una identidad, y finalmente «existir» de verdad, también es el objetivo de las marcas que aspiran a este codiciado estatus. Ser una love brand, también es hacer que su marca viva, y se convierta en una «living brand».
Conviértete en una love brand y consigue una relación duradera y emocionante con tus clientes.
Si las marcas establecen el objetivo de convertirse en love brands, también es para fidelizar a sus clientes. Al igual que en una relación de amor real, la relación entre un cliente y su love brand debe tener toques picantes, despertar emociones, llevar a una cierta intimidad y también, paradójicamente, a una cierta rutina. Involucrar al consumidor desde la elaboración de los productos, como la ropa de la marca L'Asphalte, la creación de programas de fidelidad, eventos, concursos y reuniones anuales, por ejemplo, permite tejer la relación con el cliente. Mantener la relación con los clientes implica demostrarles que la marca los está escuchando y, sobre todo, que los conoce. La fidelización se basa también, y sobre todo, en prestarles una atención especial a sus solicitudes, expectativas y preguntas. Las love brands lo han entendido bien: necesitan conocer a sus clientes y personalizar su relación con ellos.
Los retos de las love brands en la era digital.
La digitalización del marketing y las relaciones con los clientes ha contribuido al apogeo de las love brands, por lo que resulta un desafío dominarla. En términos de relación con los clientes, la multiplicación de los puntos de contacto con los consumidores que comparten sus alegrías e insatisfacción puede volverse inmanejable. Para una love brand, es necesario invertir en la gestión de la relación con el cliente, ya que desempeña un papel importante en su reputación, su valoración y es un gran impulsor del crecimiento. La excelencia de esta relación con los clientes también se basa en la capacidad de las marcas de ver a las personas detrás de los datos, personalizar y enriquecer la relación con cada uno de ellos.
Las love brands, como Meetic, Caudalie, y Michel et Augustin han elegido easiware, para cultivar el cariño de sus clientes.
Por lo tanto, easiware acompaña a estas conocidas love brands, y a muchas otras love brands en potencia, en su enfoque de proximidad y mejora continua de su relación con el cliente.